lunes, 2 de mayo de 2011

Dos perdedores en busca de redención

Drama City, George Pelecanos

Un ex convicto, Lorenzo Brown, está dispuesto a reconstruir su vida. Tiene un trabajo honesto, con los seres que ama, los animales: va por Washington inspeccionando las condiciones en las que viven las mascotas, enseñando, ayudando y sancionando a sus dueños, según el caso.

Rachel Lopez es agente de la condicional. Es decir, que se ocupa de verificar que los presos en libertal condicional tengan un trabajo, no consuman drogas, no vuelvan a las andadas. Uno de sus vigilados es Lorenzo, con quien traba cierta amistad.

Drama City gira en torno a estos dos personajes que patean las calles de Washington. O mejor dicho, sólo el costado pobre y marginal de esa ciudad, capital del poder político del Gran Imperio.

El tema de esta novela de Pelecanos es la posibilidad de redención. Lorenzo convive todo el tiempo con los mismos pandilleros y traficantes con los que él mismo trabajaba —delinquía—antes de ir a la cárcel. Algunos de ellos siguen siendo sus amigos. Conoce el barrio y la forma en que son las cosas, pero parece decidido a mantenerse limpio. Rachel, por su lado, vive una doble vida: de día visita a sus supervisados, los advierte y los reprende. De noche va por los bares a emborracharse y a buscar sexo fácil.

Los dos se encuentran periódicamente en un grupo de autoayuda para adictos y alcohólicos en una parroquia. Pero también se van a encontrar en circunstancias bastante más dramáticas, en las que deberán poner en riesgo sus vidas, y deberán elegir entre caer o salvarse.

Una vez más, Pelecanos cumple. Es uno de esos autores que rara vez producirán una obra maestra pero que también rara vez decepcionarán al lector. Construye diálogos muy ágiles, en los que muestra a las claras su experiencia como guionista de series de televisión. Su especialidad es Washington, y recrea muy bien el ambiente de la comunidad negra y de los barrios pobres de la ciudad. Esto incluye tanto la tensión racial que flota en el aire entre negros, blancos e hispanos, como las referencias musicales al soul y al hip-hop, expresiones de la cultura popular local.

En esta novela no aparece su personaje habitual, el investigador Derek Strange, ni su ayudante Terry Quinn. Sin embargo, uno de los personajes en un pasaje de la novela identifica por el cartel de la lupa a la agencia de Strange: un guiño para los lectores de sus otra novelas, muy al estilo de tantos autores, como Connelly y Auster.

Traducción: Cristina Martín Sanz

3/11

2 comentarios:

  1. ariel que bueno que sigas firme con el blog, que de mas esta decir que siempre entro. Lo que no entiendo es la calificacion 3/11.
    Por otra parte, te cuento que arranque una pagina que lleva largo tiempo pensando, pero que por una u otra razon no termina de diseñar, asi que finalmente me decidi por un wordpress. Te he agregado en mis links.
    te dejo la direccion: http://mugreysangre.wordpress.com/

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  2. Hola, Nicolás. Ya pasé a visitarte por tu blog y te dejé un comentario. ¡Felicitaciones!
    Lo de 3/11 es un código mío. Tal vez no debería estar ahí. Significa el mes y año en el que terminé de leer cada novela.
    Gracias por tu comentario, y ¡avanti con Mugre y sangre!

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