lunes, 5 de diciembre de 2011

Relatos de lo inesperado

Aullidos, Marc Behm

Se da de vez en cuando que nos encontramos con un nuevo viejo autor. Es decir, un autor que es nuevo para nosotros, pero que quienes conocen el paño ya lo tienen bien recorrido y, en ocasiones, catalogado como un clásico. Así me pasó con Marc Behm.

Aún sin haberla leído conocía su novela La mirada del observador. Supe que su reciente reedición llevaba prólogo de Paco Camarasa —todo un indicio—, gracias a cuya generosidad llegó a mis manos este ejemplar de Aullidos. Ejemplar que, dicho sea de paso, arranca con prólogo de Paco Taibo II, confeso admirador de Behm —todo otro indicio—, a quien invitó reiteradas veces a la Semana Negra, sin éxito.

Behm murió en 2007. Fue entonces cuando desde la Semana Negra se publicó este libro de relatos que hoy comento. Y que me dejó agradablemente sorprendido.

A ver: tiendo a “catalogar”, a “ubicar” a los autores que voy conociendo. Es un ejercicio vano, pero del que me cuesta zafar, esquemático como es mi pensamiento. Es cierto que muchos autores me la hacen difícil, pero en general uno puede decirle a un amigo “este está cerca de aquel”, o “está en la línea de”. Bueno, con Marc Behm no. No encontré ninguno dentro del género negro que yo conociera. Sin embargo, podría decir que a mí me hizo acordar a otro enorme escritor, que no visita mucho este género, pero al que tengo entre mis preferidos: el galés Roald Dahl. Si el autor de Relatos de lo inesperado se hubiera largado al ruedo del relato negro, hubiera escrito cuentos parecidos a estos.

Así de sorprendentes son los relatos de Aullidos. Trece historias que ponen a Behm, al menos como cuentista, a la altura de todo lo que se ha dicho de él. Sin una sola palabra de más, tremendamente sarcásticos y de un humor filoso —y, atención, una cosa es el humor en una novela de 300 páginas, y otra en un cuento de dos—, difícilmente el lector olvidará estos “aullidos”. Aun cuando alguien quizás se sienta “engañado” —algo que suele suceder cuando un artista se sale del molde, desplaza los límites— por el viraje extraño que toman estos relatos, que se meten en el fantástico como si nada, tan eficaces que te dejan con las cejas alzadas, los ojos como platos.

Con ganas de más.

De pronto, mi ejemplar de La mirada del observador ha avanzado a los primeros lugares en mi lista de pendientes.

Traducción (del francés): Lourdes Pérez

11/11

2 comentarios:

  1. Bueno nunca habia escuchado o leido sobre Marc Behm, y bueno es cuestion de irse familiarizando con los autores asi como dices tu porque de pronto son famosos y uno ni sabe... Gabriel - paginas web

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  2. Gracias por pasar, Gabriel.
    Justamente, conocemos a nuevos (para nosotros) autores así, leyendo reseñas.
    Es un autor muy recomendable, desde mi punto de vista. En breve le entro a la novela suya y la comento.
    Un abrazo,
    A

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