lunes, 12 de mayo de 2014

La textura del mundo

Nunca has oído una sirena hasta que sabes que te está buscando. Entonces la oyes de veras y sabes lo que es y entiendes que el hombre que la inventó no era un hombre, sino un demonio del infierno que juntó y mezcló ciertos sonido de un modo que te paraliza y te descompone. Si estás sentado en el living, oyes una sirena y un ruido pequeño y solitario y solo tienes que aguantarlo hasta que se desvanece. Pero cuando te persigue, es la textura del mundo. Lo oyes hasta que te mueres. Te desgarra como si un torno te taladrara un nervio y se expande mientras te perfora. Me alegra no tener que volver a escuchar otra sirena. Me alegra que nadie más vuelva a cazarme y que haya terminado con las fugas y el ruido de las sirenas que me persiguen.


(Elliott Chaze, Mi ángel tiene alas negras, Buenos Aires, La Bestia Equilátera, 2013, pág 167)

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