domingo, 17 de agosto de 2014

Veneno y antídoto

Di la vuelta a la esquina del Armstrong's. Tomé una hamburguesa y una pequeña ensalada, luego un poco de bourbon en el café. Cambian de camareros a las ocho, es cuando entró Billie una media hora antes de que empezara su turno, me acerqué a él. —Supongo que estuve bastante mal anoche —dije.
—Ah, estabas bien —dijo.
—Fueron un día y una noche largos.
—Hablabas un poco alto —dijo—. Aparte de eso estabas como siempre. Y supiste marcharte de aquí y acostarte temprano.
Volví a la mesa y tomé otro bourbon con café. Antes de terminarlo, el resto de la resaca había desaparecido. Se me había quitado el dolor de cabeza bastante pronto, pero la sensación de estar a un paso o dos fuera de ritmo persistió todo el día.
Un sistema fantástico: el veneno y el antídoto vienen en la misma botella.

(Lawrence Block, Cuchillada en la oscuridad, Gijón, Júcar, 1991)


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